lunes, 15 de diciembre de 2008

El por qué de las drogas por Lucas Leys


¿Por qué hay jóvenes que se drogan? No hay una sola súper respuesta. Sin embargo hay distintas circunstancias que se repiten una y otra vez cada vez que alguien se mete en drogas. Por eso, el propósito de este libro es escarbar en varios de estos detalles que no puede desconocer alguien que debe tomar una decisión personal respecto a las famosas sustancias o alguien que tiene algún ser querido que lucha con este desafío. Hace años que trabajo con jóvenes. Vi jóvenes meterse en drogas, hablé con varios mientras tenían la adicción y tuve el privilegio de ver a varios salirse del problema. Les hice la pregunta del por qué. Las primeras respuestas que me dieron a por qué se habían metido en drogas fueron: presión de los amigos, probar algo nuevo, curiosidad, temor, estar en onda, rebeldía a los padres y diversión. Casi todas, razones lógicas para cualquier adolescente. ¿Qué joven no quiere ser aceptado por los amigos, independizarse de los padres o divertirse? Pero Enrique me dio la pista de que podía haber respuestas más profundas que las primeras que venían a la mente. Este joven adolescente de 18 años con grandes ojos verdes y bien educado me dijo que se había metido en drogas por auto castigo. ¿A que te refieres? le pregunte.”En casa me hacían sentir mal, en la escuela me hacían sentir mal y dónde sea que iba tenia la sensación de que para todos yo era un desperdicio. Empecé a convencerme de que yo tenía la culpa y de que no tenía arreglo. Mis compañeros se reían de mí, y cuando me fijaba en alguna chica era como si para ella yo no existiera. Un día otro compañero que estaba como yo me ofreció marihuana y empezamos juntos a escaparnos de la escuela cuando la teníamos. Si no teníamos marihuana inhalábamos pegamento y hasta llegamos a inyectarnos. En el momento era lo mejor, porque nos olvidábamos de quién éramos y de cuanto sufríamos pero a la noche o cuando estaba fresco en casa me sentía peor todavía. Ahora me doy cuenta que lo que en verdad estaba haciendo era castigarme por sentirme tan mal conmigo mismo.” Enrique fue muy sincero conmigo. Sea por la razón de Enrique o simplemente por ser aceptado por los amigos, es obvio que, detrás de todas las razones dadas o posibles, los que recurren a las drogas lo hacen para cubrir alguna necesidad que va más allá de la sustancia. El punto importante es si realmente consiguen cubrir la verdadera necesidad que están tratando de tapar.

Eres parte de una generación con oportunidades antes inimaginables. Tienes a la mano más cosas de las que tus padres jamás soñaron y sobre todo tienes la posibilidad de recurrir a información más real para pensar bien que hacer. Pero también hay más trampas para tu generación que las que hubo para cualquier otra. Es tan fácil distraerse, quedarse en la mediocridad y dejar de soñar que muchos de los jóvenes que conozcas en estos años se van a quedar estancados sin llegar a ser todo lo que pueden ser. Le pido a Dios que no sea tu caso. Por eso te invito a revisar algunas de las realidades respecto a las drogas, una de las trampas más comunes de la actualidad.

Las siguientes preguntas tienen que hacérselas mirando al espejo todos los que se sienten tentados por ellas: ¿Qué se logra con las drogas? ¿Qué es lo que verdaderamente se consigue? ¿Qué se pierde?

Los logros, o mejor dicho, las pérdidas

En toda experiencia con drogas la persona pierde algo. Cualquiera sea la sustancia, drogarse produce una alteración de los sentidos que resulta en algunas, varias o todas las siguientes pérdidas:

1) Perder la habilidad de entender racionalmente.
Aún en el efecto inicial de excitación y euforia la persona está demasiado estimulada como para hacer pleno uso del razonamiento. Pasado el efecto inicial, la persona que tiene profundo sueño, depresión, irritabilidad, pánico o alguno de los síntomas de segunda mano, tampoco se está en pleno uso de las facultades mentales. El Dr. Alan I. Lesher , Director del National Institute on Drug Abuse, asegura que “las ultimas investigaciones muestran que aún el uso ocasional de drogas como la cocaína afectan al cerebro de tal manera que este manda señales al cuerpo solicitando dosis aun más grandes de la droga ingerida a la vez que pierde facilidad para accionar sus funciones”
[Comunicado de prensa del NIDA de septiembre 11 del 2000]


2) Perder la habilidad de comunicarse inteligentemente.
Bajo el efecto de las drogas se hace más difícil articular inteligentemente las palabras. Pero mucho más alarmante es el efecto a largo plazo. Según la Universidad de California Los Ángeles las drogas pueden llegar a lastimar la zona neurológica cerebral que tiene que ver con el habla.

3) Perder el sentido de personalidad e identidad.
Especialmente las drogas con efectos alucinógenos hacen que la persona adicta pierda el estado de conciencia y prácticamente olvide quién es y cómo usualmente se comporta. Los que recurren a las drogas para “olvidar” o escapar suelen buscar conscientemente este efecto totalmente despersonalizador. Luego del olvido, la alteración produce mayor confusión y culpa.

4) Perder completa dimensión moral.
Bajo la manipulación de sustancias la persona distorsiona las barreras entre lo que esta bien y es seguro y lo malo y peligroso. Por ejemplo es bien sabida la relación de las drogas con el SIDA porque la persona drogada no toma ninguna medida de precaución. Incurrir en conductas que en estado consciente condenaría como matar a un ser querido o la propia auto mutilación suele ser normal. Crecen extremadamente las posibilidades de cometer un crimen.

5) Perder la correcta dimensión de las distancias.
También es bien conocida la relación entre los accidentes de transito y la drogadicción. Así como en una borrachera algunas drogas confunden a la persona a tal punto que les es difícil mantener el equilibrio y calcular las distancias.

6) Perder la correcta percepción de los colores, texturas y tamaños.
Cuando se llega al extremo de las alucinaciones todo empieza a confundirse. Obviamente, esta es una situación muy peligrosa para cualquier individuo. La alteración cada vez mayor de los sentidos de la persona adicta a alucinógenos suele producir severos trastornos psiquiátricos.

7) Perder la percepción del tiempo pasado, presente y futuro.
Confusión en la dimensión temporal es otro de los efectos conocidos. Pasada la influencia de las drogas muchos jóvenes ni se acuerdan lo que hicieron y pueden estar por horas confundidos de dónde están, por qué y a dónde iban.

Hechos concretos

Las adicciones en general son la primera causa de muerte en el mundo. También son la primera causa de defectos congénitos, es decir que sus consecuencias se pueden pasar de generación en generación. Las drogas están presentes en:

* 3 de cada 10 pacientes de hospitales generales

* 5 de cada 10 pacientes de instituciones de salud mental

* La mitad de las muertes por accidentes de tráfico, incendios, ahogamientos y suicidios

* 5 de cada 10 reclusiones penales

* 5 de cada 10 delitos juveniles

* 6 de cada 10 homicidios

* 4 de cada 10 asaltos

* 6 de cada 10 casos de abusos a menores

* 6 de cada 10 casos reportados de violencia en el hogar.

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