domingo, 7 de diciembre de 2008
Tienes mucho para dar - Michael Smith
Nos preguntamos qué es lo que Dios hará con nuestra vida. ¿Cuál será su propósito?¿Dónde están nuestros talentos y dones?
Dios tiene un camino de preparación. Pero no es lo que hacemos lo que trae paz y una sensación de plenitud. Es quiénes somos y a quién amamos.
Al fin de los años ochenta, Phil Jackson pasaba por cierta crisis vocacional. Sus años de jugar básquet habían terminado, ahora quería dirigir, pero no había propietario dentro de la liga que lo quisiese como su entrenador.
Phil era una clase de individuo incómodo, que vivía el estilo hippie de los setenta en una década donde los negocios proliferaban. Era algo excéntrico. A los propietarios de los equipos les era difícil pensar que pudiese crear uno ganador.
Consecuentemente, Phil hizo lo que la mayoría de los hombres de mediana edad hacen al enfrentarse con una crisis vocacional: van a consejería vocacional, lo que significa tomar un test que relaciona las habilidades y deseos con la profesión adecuada.
Puedo imaginarme la reacción de Phil cuando obtuvo los resultados. Su perfil personal sugería que las dos principales vocaciones para él deberían ser ¡ama de casa y guía de expediciones!
A pesar del comienzo desfavorable de Jackson, un propietario de un equipo, Jerry Krause, decidió darle una oportunidad en los Chicago Bulls. En una década, Phil se convirtió en uno de los directores técnicos más exitosos de toda las historia de la NBA, pues obtuvo extraordinariamente seis campeonatos en solo nueve años con los Bulls.
Muchos jóvenes piensan que la gente con mucho éxito nació así. Se imaginan que el camino al éxito es una caminata fácil y que la persona sabía desde el primer día hacia dónde se dirigía.
Parte de vivir nuestro tiempo significa encontrar el lugar correcto para hacerlo, y eso no siempre es fácil. Yo creo que cada uno nace con un don en particular. No todos saben cuál es ese don, pero sin duda Dios te ha dado algo que traerá gloria a su nombre.
Hay una gran diferencia entre una misión y una ambición. ¿Tratas de lograr tus sueños porque es lo que Dios desea que hagas, o tratas de lograrlo simplemente porque es lo que tú quieres hacer? Ambos pueden ir de la mano, por supuesto.
Yo realmente quería tocar música y creía que Dios deseaba eso para mí también. Pero yo sostenía mis sueños con mis manos abiertas. Estaba dispuesto a que Dios se los llevase, porque sabía que hacer discos no me traería satisfacción; solo la obediencia a la voluntad de Dios puede traerla.
Encontrando tu lugar
En su libro, Encontrando la voluntad de Dios, Bruce Walke nos da un beneficioso examen de seis partes.
Nos insta a deshacernos de aquellas cosas como "poner un vellón". Si conocen la historia bíblica de Gedeón recordarán que Dios le pidió a Gedeón ir a la batalla.
Como deseaba asegurarse de que Dios le hablaba, Gedeón puso un vellón de oveja durante la noche, y le pidió a Dios que la tierra estuviese seca y que el vellón estuviese mojado por el rocío. Al despertarse, la tierra estaba completamente seca, pero pudo exprimir un tazón de agua del vellón.
Aún inseguro, Gedeón decidió asegurarse y le pidió a Dios que la tierra estuviera mojada y el vellón seco. Al despertarse la mañana siguiente fue exactamente como había orado. No podía dudar acerca de la voluntad de Dios.
Hoy, muchos cristianos hacen algo similar. Oran: "Dios, sabré que me estás llamando a ir a un viaje misionero este verano si tal o cual persona me llama esta noche". Ponemos pequeñas pruebas para ver si Dios nos guiará en una dirección en particular.
El problema más grande con esto es que la Biblia lo presenta a Dios como muy paciente con Gedeón, pero en ningún lugar sugiere que el pedido de Gedeón es el modelo de cómo debemos tomar nuestras decisiones.
De hecho, todo el consejo de la Biblia nos insta a no tomar decisiones de esta manera. El libro de Proverbios nos pide que busquemos "sabiduría" y "entendimiento", dos herramientas mucho más valiosas que dejar un vellón.
Walke dice que una manera más bíblica de tomar decisiones es tomar un proceso a largo plazo que incluye seis pasos.
Primero, debemos leer nuestra Biblia constantemente. Esto entrena nuestra mente para pensar bíblicamente. Aquí no hay atajos. Al leer la Palabra de Dios, llegamos a un mejor entendimiento de sus principios y su sabiduría.
Segundo, una vez que nos hemos entrenado con las Escrituras y la oración, comenzaremos a desarrollar un corazón cercano a Dios. Con este corazón podremos discernir la guía de Dios.
Luego podemos discernir la voluntad de Dios a través del tercer paso: recibir sabio consejo. Necesitamos el consejo prudente de personas más sabias y experimentadas que nosotros.
El cuarto paso para determinar la voluntad de Dios es el buscar la providencia divina. ¿Te abre las puertas Dios, o acaso se cierran en tu cara? Hay veces que tendrás que abrir muchas puertas cerradas, pero si Dios te guía, eventualmente la puerta correcta se abrirá.
Quinto, podemos aplicar el sabio juicio. Esto simplemente se logra al preguntarnos: "¿Tiene sentido esta decisión?" Haz las siguientes preguntas: ¿Mi decisión encaja con las enseñanzas bíblicas? ¿Estoy dotado en el área en la que quiero desarrollarme? ¿Me permiten mis circunstancias desarrollarme en este camino? ¿Tiene sentido a la luz de mi estrategia total de vida y mi llamado?
Finalmente, el sexto paso es aceptar deseoso la intervención divina. Dios te guiará en los primeros cinco pasos, te otorgará grandes libertades para escoger dentro de ese ámbito. ¿Estás dispuesto a que Dios entre y bloquee el camino, y te dirija en una nueva dirección?
Sé paciente contigo, sostén tus sueños no cumplidos con tus manos abiertas. He descubierto que lo que más ayuda es trabajar para quitar mi propia voluntad, para que la voluntad de Dios pueda ser hecha.
Finalmente, no es lo que hacemos lo que trae paz y una sensación de plenitud. Es quiénes somos y a quién amamos. Edifica estas dos áreas en tu vida y seguramente hallarás tu lugar en este mundo.
Tomado del libro: "Este es tu tiempo"
Editorial Peniel
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