En este mensaje tratamos los casos que nos contaron de manera anónima tres hombres por separado. Cada uno «descargó su conciencia» en nuestro sitio www.conciencia.net, y nos autorizó a que lo citáramos.
El primero de ellos confesó: «Soy un adicto a la Internet y veo cosas [indecentes]. Quiero que me digan algo para que esto que me perturba la mente me deje en paz. También quisiera saber un poco de Dios.»
El segundo, a su vez, admitió: «Soy un joven universitario, estudiante de medicina. Desde pequeño he tenido problemas con la pornografía.... ¡Ya no aguanto más! Necesito ayuda. No sé qué hacer.»
El tercero, por su parte, reveló: «Desde mi adolescencia hasta hoy estoy luchando con lujuria, pornografía y diferentes fantasías sexuales. Cada vez que estoy solo, me gana la tentación sexual en diversas maneras. ¡Necesito ayuda urgente! No aguanto más estar en esa situación.»
Este es el consejo que les dimos a los tres de manera individual:
«Estimado amigo:
»No se sienta solo. En las últimas semanas hemos recibido casos de otros hombres que tienen el mismo problema.
»Comencemos con una ilustración que al principio tal vez no comprenda qué tiene que ver con su caso. Imagínese que se encuentra en el campo donde no hay carreteras ni caminos. Cada día usted tiene que avanzar varios kilómetros para llegar a su destino. Pero no hay caminos, así que le toca crear un sendero nuevo por el cual andar. Mientras camina, usted quita los arbustos y las plantas que no lo dejan seguir adelante. El proceso es muy demorado, pero al fin logra llegar.
»En el camino de regreso, usted trata de encontrar el mismo sendero. Es un poco más fácil avanzar por donde ya ha despejado el terreno. El día siguiente usted tiene que volver a emprender el viaje, así que avanza siguiendo el mismo sendero. A medida que pasan los días, se le hace más fácil recorrer el sendero y por eso llega más rápido. Ha logrado usted crear una ruta cómoda que le servirá durante mucho tiempo.
»A medida que usted se expone a la pornografía, va creando, así mismo, un sendero en la mente. Y cuando anda por ese sendero repetidas veces, la pornografía se convierte en un hábito, y el sendero que ha creado en el cerebro se va cimentando. Aún después de que usted se convence de que esa pornografía que invade de continuo sus pensamientos tiene el poder para destruir su vida, usted vuelve a exponerse a ella porque el sendero que ha creado en el cerebro no ha dejado de existir, y por eso se le ha vuelto fácil transitar por él. Ese sendero lo atrae como un imán, aun cuando usted no quiere andar por él. La única manera de detenerse es construir un gran muro de piedra frente a la entrada....
[En la segunda parte de este consejo, damos a conocer algunas piedras con las que puede comenzar a construir ese muro.]
»Actualmente usted se está sintiendo muy culpable porque no ha podido frenar ese hábito.... Para librarse de la culpa, usted tiene que ser perdonado. Y para ser perdonado, tiene que acudir a Dios. Él puede perdonarlo a usted por hacerse daño y por perjudicar a su esposa presente o futura. Sólo tiene que pedírselo, y Él lo perdonará.
»Dios no va a eliminar el sendero que usted ha creado. Usted ha causado un cambio en su cerebro que es consecuencia natural de la pornografía. Dios casi nunca nos libra de las consecuencias naturales porque esas consecuencias nos enseñan las lecciones que necesitamos aprender.
»¡No se dé por vencido! ¡Usted puede lograrlo!
»Carlos Rey y su esposa Linda.»
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