lunes, 10 de agosto de 2009

¿Una prueba de amor en el noviazgo?



Muchas parejas de novios cristianos consultan frecuentemente a consejeros sobre la presión que reciben de su pareja para tener relaciones sexuales prematrimoniales, en lo que supuestamente van a demostrar “un verdadero amor” o “una verdadera entrega al otro”. El varón puede presionar a la novia de diversas formas para lograr someterla a tener una relación sexual y muchas veces la mujer con tal de no “perder” a su novio o demostrarle que lo ama se termina rindiendo. Lo mismo el caso de la mujer que puede ser ella la que busque seducir al varón directa o indirectamente manifestando su disposición para mantener relaciones sexuales. Aprendamos a diferencia la tentación que surge por el deseo natural y la actitud de querer manipular o presionar al otro para cometer fornicación. El deseo y la tentación están dentro de lo normal y los novios deben aprender a controlar sus impulsos por el Espíritu Santo, estando en oración y teniendo una vida espiritual activa.

“El amor no hace nada indebido”. 1 corintios 13:5

Si como novio o novia estas sintiendo presión en esta área debes comprender que el que presiona te está dando una mala señal como persona, esta diciendo en otras palabras: “estoy dispuesto a ceder a la tentación”, “quiero pecar y no me refreno”. Quien no busca ayuda o no le pone freno de ningún tipo al pecado esta demostrando que es una persona que no teme a Dios. Repito que no significa que no haya tentación, sino que se de un paso más sin poner frenos. Quien insiste continuamente y muchas veces luego de haber recibido varias negativas de la otra parte esta cometiendo una doble falta, primero no tiene respeto por la palabra de Dios y tampoco por la persona en si que le esta pidiendo que no quiere cometer pecado. No respeta a Dios ni a su pareja y esto es una mala señal, indica ante todo que estás con una persona que no tiene buenos principios y es propensa a la transgresión y este tipo de transgresiones si no son modificadas en el noviazgo serán trasladadas al matrimonio.

“el amor todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta”. 1 corintios 13:7

Si eres de los que están presionando, todavía estás a tiempo de arrepentirte y de modificar tu conducta, demostrando que eres una persona con principios sólidos en la palabra de Dios, que se puede confiar en vos, y que sabes respetar a tu enamorado/a. Debes aprender en el noviazgo las normas de conducta de santidad que te guiarán toda la vida con tu esposo/a.

Si sos de los que están siendo presionados debes ser firme en tu decisión de no ceder, incluso de poner limites y distancia del otro si es necesario, ya que el otro esta poniendo en duda su integridad y capacidad de obediencia en la vida. Y a hasta se puede terminar la relación si no se ponen de acuerdo en esto, y si se separan por este tema terminará siendo beneficioso, porque de lo contrario las consecuencias de no respetarse seguirán existiendo a lo largo de los años.


Las estadísticas indican que quienes se toman a la ligera el sexo prematrimonial, también se tomarán a la ligera el sexo extramatrimonial. Porque se rigen por una norma meramente carnal, si se dejan llevar fuertemente solo por atracción y deciden pecar en el noviazgo, continuarán en el matrimonio con la costumbre de dejarse llevar fuertemente también por su atracción física en otra persona que no sea su cónyuge. Todo esto se pude mejorar tomando una actitud de disciplina y respeto por la palabra de Dios y por el otro. Tengamos en cuenta que siempre estamos hablando de un noviazgo entre creyentes, porque si un de los dos no es cristiano genuinamente será imposible llevar una regla de santidad.

La mejor prueba de amor es guardar las relaciones sexuales para el matrimonio como Dios lo indicó, esto es lo que en verdad revela un amor genuino por el otro, si te casas con alguien que te respeta en el noviazgo podrás estar seguro/a que tendrás un matrimonio sin desconfianzas ni celos, con la persona que amas y que esta consagrada verdaderamente para vos. Tener relaciones sexuales en el noviazgo no demuestra una prueba de amor, sino más bien revela “una prueba de debilidad carnal y transgresión”.

“El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece., no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta”. 1 corintios 13:4-7
Esteban Correa
ensuluz.blogspot.com

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