viernes, 15 de julio de 2011

Buenas compañías


La amistad no es un tema menor en la vida. Hemos sido creados para vivir en sociedad, y las relaciones son un factor vital. ¿Qué esperar de y qué dar a una amistad? En la búsqueda de amistades saludables.


Sin duda, la amistad es una parte importante de la vida. ¡Y debería serlo! Los amigos son una bendición y parte del amor y del plan de Dios para ti. Por medio de tus amigos, Dios te alentará, te enseñará, te formará y te transformará en una persona conforme a su corazón.
Mientras consideras tu búsqueda de entablar y mantener amistades, comprende que hay tres clases de personas en la vida: las que te derriban, las que te arrastran y las que te elevan.

Es evidente que las que te derriban traen problemas, así que deberías evitarlas. Es cierto el antiguo refrán de que "las malas compañías corrompen las buenas costumbres". Así que asegúrate de que tus amigos, tus íntimos amigos y tus mejores amigos te lleven a su lado y te eleven.

La Biblia es muy clara al hablarnos de la clase de personas que tenemos que buscar como amigo... y de la clase que debemos evitar. Comencemos con las advertencias de Dios acerca de a quién evitar. No significa que no debas ser amable, amistosa y servicial con todos. Sin embargo, tus amistades íntimas –con chicos y chicas– deberían estar a la altura de los principios de Dios, ¡y de los tuyos! Cuando leas estos versículos, toma nota de la forma de hablar, el carácter o la conducta de las personas que debes evitar. Además, observa los efectos que pueden tener los malos amigos sobre ti.

"El que con sabios anda, sabio se vuelve; el que con necios se junta, saldrá mal parado" (Proverbios 13:20). "No te hagas amigo de gente violenta, ni te juntes con los iracundos, no sea que aprendas sus malas costumbres y tú mismo caigas en la trampa" (Proverbios 22:24-25). "No deben relacionarse con nadie que, llamándose hermano, sea inmoral o avaro, idólatra, calumniador, borracho o estafador. Con tal persona ni siquiera deben juntarse para comer" (1 Corintios 5:11). "No formen yunta con los incrédulos. ¿Qué tienen en común la justicia y la maldad? ¿O qué comunión puede tener la luz con la oscuridad? ¿Qué armonía tiene Cristo con el diablo? ¿Qué tiene en común un creyente con un incrédulo?" (2 Corintios 6:14-15).

¿De qué manera puedes elegir a tus amigos y cultivar amistades duraderas? Desarrollar buenas amistades comienza contigo. ¡Tú necesitas ser un buen amigo! Entonces, ¿qué puedes hacer para transformarte en un amigo de primera?

En La Biblia Dios no da pautas acerca de cómo ser un buen amigo. A medida que leas estos otros versículos, piensa en lo que se destaca para ti. Piensa en tus propias amistades y decide si intentas ser esta clase de amigo para los demás. Reflexiona en lo que hace y lo que no hace un amigo... un verdadero amigo.

"El que perdona la ofensa cultiva el amor; el que insiste en la ofensa divide a los amigos" (Proverbios 17:9). "En todo tiempo ama el amigo; para ayudar en la adversidad nació el hermano" (Proverbios 17:17). "Hay amigos que llevan a la ruina, y hay amigos más fieles que un hermano" (Proverbios 18:24). "Más confiable es el amigo que hiere que el enemigo que besa" (Proverbios 27:6). "No abandones a tu amigo" (Proverbios 27:10).

Échale un vistazo a las siguientes decisiones. Si las tomas, ¡los mejores amigos harán fila para ser tus amigos!


Decide crecer espiritualmente. Esta es siempre la primera decisión que debes tomar en todas las esferas de tu vida. Las amistades no son la excepción. Si deseas crecer en lo espiritual y conocer más a Dios, no te conformarás con nada menos que con un amigo que tenga tu misma pasión por Dios. ¿Y dónde puedes encontrar a personas que amen al Señor? En los lugares donde se hable de Jesús.

Decide ser tú mismo. No intentes presionar a los demás diciendo o haciendo cosas que creas que influirán en otros. Y, en especial, no hables ni actúes de maneras que vayan en contra de La Palabra de Dios. Recuerda, buscas un amigo que no sea falso, que no finja ser alguien que no es. Sé quien Dios desea que seas: un joven piadoso.
Tal vez no seas el chico más popular, pero serás tú mismo. Serás genuino, auténtico. Y si te sientes cómodo contigo mismo, con ser un joven conforme al corazón de Dios, los demás se sentirán cómodos contigo. Quizá no tengas tus creencias, pero te respetarán por lo que defiendes. Así que sé tú mismo. Dios traerá a las personas con la misma forma de pensar para que sean tus amigos.

Decide ser leal. ¿Alguna vez has tenido un amigo que solo estuvo a tu lado cuando las cosas marchaban bien? Este amigo se va en cuanto pasa algo que prueba la amistad. Es un gran amigo... hasta que las cosas se complican o se dificultan. Mientras las cosas salen a su manera, todo va bien. Entonces, apenas te apartas de sus planes, intentas ser independiente, tienes una verdadera necesidad o sufres de alguna manera, desaparece en la noche. De repente, no quiere tener nada que ver contigo.

La lealtad es esencial en cualquier amistad. Así que sé un amigo leal. Puedes leer acerca de una amistad sólida en La Biblia en 1 Samuel 20:14-17. La relación entre David y Jonatán se caracterizaba por una lealtad fuerte y sincera. Aun en medio de situaciones de vida o muerte, cada uno se mantuvo fiel hasta el final. ¿Eres realmente fiel como amigo? ¿Eres un amigo más fiel que un hermano (Proverbios 18:24)? Para obtener lealtad en las relaciones, primero debes ser leal.Decide ser sincero. La sinceridad es otra cualidad esencial para cualquier relación íntima. Es uno de los beneficios y las bendiciones de una verdadera amistad, en especial entre amigos cristianos donde ambos viven para Dios y deciden someterse a sus principios y reglas. Tú y tu mejor amigo deberían estar comprometidos a llevarse entre sí hacia los objetivos de Dios. Es más, pueden ayudarse al ser sinceros. Pueden alentarse a caminar con Dios.

Como dice La Biblia: "Fieles son las heridas del amigo" (Proverbios 27:6, LBLA). Además, nos dice que hablemos "la verdad en amor" (Efesios 4:15, LBLA). Tu objetivo es ayudarse al uno al otro. Debes ser fraternal y sincero, para que los dos se transformen en mejores personas, mejores cristianos y mejores amigos.Decide alentar. ¿Has pensado lo fácil que resulta decirles a las personas todo lo que crees que está mal en sus vidas? Una mejor idea es adoptar el hábito de fijarte en las buenas actitudes de los demás... y decírselo. Sabes lo bueno que es que alguien te enseñe algo que hiciste bien y que te elogie, ¿entonces por qué no hacer lo mismo con los demás?

¿De qué manera puedes alentar mejor? Volvamos un momento a David y Jonatán. Su relación se apoyaba en su amor mutuo por Dios. Cuando el padre de Jonatán, Saúl, resolvió asesinar a David, "Jonatán hijo de Saúl fue a ver a David en Hores, y lo animó a seguir confiando en Dios" (1 Samuel 23:16). La Biblia dice: "anímense y edifíquense unos a otros" (1 Tesalonicenses 5:11).

Alienta a alguien cuando lo ayudas a encontrar fuerza en Dios a través de Las Escrituras y al orar juntos. Los cumplidos sinceros también animan a las personas. Y cuando des un cumplido, que sea específico. Elogia a tus amigos por las cosas que valoras de ellos, algo que veas en su conducta o admires de su carácter. Cuando edificas a las personas en lugar de menospreciarlas, también te beneficias. ¿Por qué? Porque tus amigos son un reflejo de ti. Influyen en tu futuro.

Decide a esforzarte en las amistades. La amistad buena y saludable, la clase adecuada de amistad, no ocurre de la noche a la mañana, ni siquiera en una semana. Debes decidir mantener y cultivar amistades de calidad. Lleva tiempo, cuidado y esfuerzo: una llamada telefónica por aquí, un mail por allá, sentarse juntos a cenar, hacer juntos alguna actividad. El apóstol Pablo lo dijo de la siguiente manera: "Los llevo en el corazón" (Filipenses 1:7). ¿Tienes un buen amigo? ¿Qué puedes hacer hoy para cultivar esa amistad? luminizate.com/AvanzaPorMas.com
Elizabeth George

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